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CRN || Migdalia Fort
31/05/2017 || 12:38m
Escritor, historiador, profesor universitario y
periodista. Realizó un aporte fundamental a la cultura intelectual venezolana,
mediante el estudio de la historia de Mérida, de los Andes y de sus áreas de
influencia, es decir, el territorio que desde principios del siglo XVII formará
el corregimiento de Mérida. Fueron sus padres Foción Febres Cordero y Georgina
Troconis y Andrade. Sus primeras enseñanzas las recibió de sus padres y de sus
tíos Favio Febres Cordero e Indalecia Almarza, pasando luego a la Escuela de
Varones de Mérida. En 1871 ingresa a la Universidad de Los Andes para seguir
los cursos de Latinidad y Filosofía, graduándose de bachiller 7 años después.
Durante esta etapa aprende varios oficios que luego le serán de gran utilidad
en el futuro: zapatería, relojería, tipografía, encuadernación, caligrafía,
dibujo y pintura. En la Universidad inicia estudios de derecho, carrera que
culmina en 1882, doctorándose 18 años después. Luego de esto comienza su labor
como tipógrafo y periodista. En tal sentido, fueron varios los periódicos y
revistas que funda, dirige, redacta, o en los que simplemente colabora, como
Páginas Sueltas (1882-1883) y El Comercio (1884), ambos junto con José Antonio
Parra Picón, El Lápiz (1885-1897), El Centavo (1900), El Billete (1902), el Mosaico
(1921-1923), este último con su hijo José Rafael Febres Cordero.
Su actividad en la Universidad de los Andes fue larga y
fructífera, especialmente como catedrático de Historia Universal (1892-1924),
todo lo cual llevó a ser nombrado vicerrector interino (1912) y rector
honorario (1936). En 1883 contrae matrimonio con Teresa Carnevali Briceño, con
quien procreará varios hijos. Como topógrafo desarrolló la técnica de la
imagotipia (1885), o arte de representar imágenes con tipos de imprenta.
También se ocupa de la foliografía (1896), técnica que consiste en la
reproducción mediante impresión de las hojas de las plantas. En cuanto a su
obra en general, se puede decir que la misma es polifacética por abarcar
aspectos propios de la historia, la literatura, la antropología, el derecho, la
educación y otras ramas del saber. Por lo tanto, no es raro que su escritura se
exprese en distintos géneros: crónica, ensayo, cuento, novela y poesía.
Asimismo, su heterogénea producción intelectual se caracteriza por abordar
conjuntamente los hechos de la historia formal (conquistas, fundaciones,
revoluciones, guerras, etc.) con los de la historia cotidiana (costumbres,
creencias, modos de vida, etc.). Fue notable su interés por dar a conocer en un
lenguaje sencillo las tradiciones, mitos y leyendas, expresiones que si bien no
forman parte de la historia académica, sin embargo, ayudan a entender la
psicología de los pueblos, en especial la de la región andina. Durante su
existencia, Tulio Febres Cordero fue objeto de numerosas distinciones, como el
haber sido admitido en instituciones académicas tanto de Venezuela (miembro
correspondiente de la Academia Nacional de la Historia y de la Academia
Venezolana de la Lengua) como del extranjero. En 1978, los herederos de la
familia Febres Cordero donaron a la nación la colección de impresos y
documentos pacientemente reunidos por el escritor merideño, así como lo dejado
por su hijo José Rafael. Hoy estos materiales pueden ser consultados en la
Biblioteca Febres Cordero del Instituto Autónomo Biblioteca Nacional, ubicada
en Mérida.
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