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CRN
25/09/2017 || 11:02am
La Real Compañía Guipuzcoana fue una empresa comercial
constituida el 25 de septiembre de 1728, con el objeto de monopolizar el
comercio de la provincia de Caracas con España. Operó en Venezuela desde 1730
hasta 1785, es decir, durante más de cincuenta años del siglo XVIII; y tuvo
gran influencia en el desarrollo económico, social y político de la colonia.
Fue una empresa a base de acciones, cubiertas por capitalistas vascos,
principalmente de la provincia de Guipúzcoa, en el norte de España. El Rey tuvo
una considerable participación en el negocio, pues recibió de los empresarios
200.000 pesos en acciones. Esta circunstancia dio a la Compañía Guipuzcoana
carácter oficial. De allí su denominación de Real Compañía.
ANTECEDENTES
Antes de la Guipuzcoana otras empresas habían
intervenido, a comienzos del siglo XVIII, en el comercio de las provincias
venezolanas. Primero fue la Real Compañía de Guinea, empresa comercial de
origen francés, que obtuvo licencia del Rey de España para vender esclavos en
las colonias. Luego operó la Real Compañía Inglesa de los Mares del Sur,
constituida en 1712, a raíz de la Paz de Utrecht. Esta empresa obtuvo el
asiento por treinta años, durante los cuales debía abastecer de esclavos a las
colonias españolas.
Pero estas empresas extranjeras, en especial la compañía
inglesa, aprovechaban el asiento para hacer comercio de contrabando, en
perjuicio de los intereses económicos del gobierno metropolitano. Como
consecuencia, el contrabando aumentó en forma alarmante en las primeras décadas
del siglo XVIII. Era preciso, pues, combatirlo y asegurar al Rey los beneficios
del comercio con sus colonias. Estas circunstancias determinaron la creación de
la Real Compañía Guipuzcoana, cuyas bases, establecidas en el contrato de 1728,
fueron las siguientes:
1. El Rey concedía a la empresa el monopolio comercial
con la provincia de Caracas. En tal virtud, era la única que podía vender en la
provincia toda clase de mercancías importadas; así como también comprar los
frutos del país y llevarlos a España en las cantidades necesarias al consumo de
la metrópoli. Los barcos de la empresa podían salir directamente de los puertos
de Guipúzcoa y llegar a La Guaira y Puerto Cabello. Una vez abastecida la
provincia de Caracas, la empresa podía vender y comprar en las provincias de
Cumaná, Margarita y Trinidad.
2. La Guipuzcoana debía vigilar las costas y perseguir el
contrabando, desde las bocas del Orinoco hasta Río Hacha. Sus barcos,
debidamente armados, recorrerían las costas. Sus capitanes recibieron patentes
de corso, esto es, autorización para apresar las naves contrabandistas y
confiscar sus mercancías. Además, la empresa debía mantener varias
embarcaciones pequeñas y quinientos hombres para el servicio de guardacostas en
el litoral.
El Rey garantizó a la Guipuzcoana que ninguna otra
persona o empresa recibiría permiso para intervenir en este comercio. Se
declaró la protección del Rey a la empresa y se despacharon instrucciones a las
autoridades coloniales para que se le dispensara toda clase de facilidades. Por
último, el Gobernador de la provincia de Caracas fue nombrado Juez Conservador
de la Compañía. De esta manera fue consagrado el carácter oficial de la
empresa, en cuyas manos quedó el control económico de las provincias.
ACTUACIÓN DE LA COMPAÑÍA GUIPUZCOANA
Las operaciones de la Guipuzcoana se iniciaron a mediados
de 1730, fecha en que llegaron a La Guaira los dos primeros barcos de la
Compañía. Los resultados de su actividad fueron plenamente satisfactorios, y
puede decirse que los, empresarios lograron los objetivos que se habían
propuesto al constituir la empresa:
Primero: Aseguraron el comercio con las provincias
venezolanas, que antes beneficiaba en gran parte a los contrabandistas
extranjeros.
Segundo: Aseguraron el envío de frutos a España,
regularizando y aumentando los embarques de cacao y tabaco, principalmente, y
de esta manera pudieron rebajar los precios de dichos frutos en la Península.
Tercero: Consiguieron frenar y disminuir el contrabando,
persiguiendo y hostilizando a los ingleses, holandeses y demás extranjeros que
venían ejerciendo ilegalmente gran parte del comercio de la colonia.
OPSICION A LA COMPAÑIA GUIPUZCOANA
El establecimiento de la Guipuzcoana significó un cambio
profundo en el sistema de comercio tradicional de las provincias venezolanas.
Era la única empresa que podía vender mercancías europeas en el país, y la
única también que podía comprar los frutos que se exportaban a España. De
consiguiente, los precios de las mercancías importadas y de los frutos,
dependían ahora de la empresa, la cuál los fijaba de acuerdo a sus
conveniencias, en perjuicio de los consumidores y de los productores locales.
Estos no podían comprar ni vender libremente, sino a la empresa, a los precios
que ésta fijaba. Además, la compañía estaba en condiciones de castigar
cualquier violación. Todo esto explica la oposición que ciertos sectores
coloniales hicieron a la compañía. Al principio fue una oposición sorda, legal,
pacífica. Más tarde llegó a ser oposición violenta.
CONSECUENCIAS DE LA REVUELTA
Con la prisión de Juan Francisco de León terminó de hecho
este movimiento que mantuvo por más de dos años agitada la provincia de
Caracas, y dio origen a acontecimientos políticos muy importantes para la vida
de la colonia. Sin embargo, este movimiento, aun cuando fracasó en sus propósitos,
tuvo importantes consecuencias:
Primero: Las autoridades acogieron las acusaciones
formuladas contra la Guipuzcoana durante la revuelta, y tomaron medidas para
corregirlas.
Segundo: Se creó una junta de precios, formada por el
gobernador, un representante del Cabildo y otro de la Compañía, para fijar los
precios del cacao.
Tercero: Se aseguró a los hacendados y cosecheros un
sexto de la capacidad de los barcos de la compañía para que remitieran por su
cuenta frutos a España.
Cuarto: Se garantizó a los cosecheros y mercaderes
criollos el derecho de seguir comerciando con México y se le negó a la Compañía
participar en este comercio.
Quinto: Después de la revuelta mejoraron los precios, del
cacao y la compañía incremento sus exportaciones a España.
Sexto: Se permitió a los hacendados y mercaderes criollos
adquirir acciones de la Compañía, y de esa manera, tener participación en los
beneficios de la empresa.
No hay duda de que esta última consecuencia fue la más
importante. Los nobles criollos, que habían luchado contra la Compañía y habían
apoyado e incitado a León en su revuelta, eran ahora los que obtenían los
beneficios de aquel movimiento. Teniendo de su parte a los nobles
terratenientes que ahora eran accionistas suyos, la Guipuzcoana no tuvo ya más
problemas serios. Esto explica, en cierto modo, la tranquilidad y la paz en que
opera la Compañía en los siguientes treinta y cinco años de permanencia en
Venezuela.
Fuente: Efemérides Venezolanas
Web Master Migdalia Fort
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