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CRN || Migdalia Fort
08/05/2017 || 11:35am
José María España Rodriguez del Villar y Saenz, muere
el 8 de mayo de 1799. Fue un militar
venezolano que participó junto a Manuel Gual en una conspiración emancipadora
conocida como Conspiración de Gual y España, tras la cual fue condenado a morir
torturado y descuartizado en la Plaza Mayor de Caracas.
Esa simpatía, reforzada por la presencia de prisioneros
españoles en las costas de La Guaira, conduce tanto a José María España como a
Manuel Gual a idear planes para implantar la república, no sólo en Venezuela
sino en toda América. La idea cobra al poco tiempo carácter de proyecto, suma
fuerzas entre amigos y conocidos, y deviene así en franca conspiración. Sus
objetivos serían: la destitución del poder español, libertad de comercio y
producción, creación de una República con la unión de las provincias de tierra
firme de Caracas, Maracaibo, Cumaná y Guayana, declaración de los derechos de
libertad, propiedad y seguridad e igualdad entre las clases sociales.
Descubren la conspiración el 12 de julio de 1797 y mandan
e apresar a España, quien huye desde su casa, en Macuto y junto con Gual, se va
para Curazao. El complot fue descubierto por el Capitán Domingo Antonio Lander
y el sacerdote Juan Vicente Echeverría, llevada al Capitán General, al
Arzobispo y a la Real Audiencia. De Curazao llegan a Trinidad, donde España
tiempo después decide regresar a Venezuela para retomar la lucha.
El tribunal especial que lo juzga, compuesto por el
capitán general Guevara Vasconcelos, el regente Antonio López Quintana, los
oidores José Bernardo Asteguieta, Francisco Ignacio Cortínez y el escribano y
secretario Rafael Diego Mérida, determina para él un castigo que quiere ser
advertencia para el resto de los pobladores de la provincia de Venezuela. El 8
de mayo de 1799, en la Plaza Mayor de Caracas (actual Plaza Bolívar), se cumple
la sentencia.
Amarrado a la cola de un caballo y literalmente arrastrado,
llega desde la cárcel, lo hacen subir al cadalso y sin más trámites es
ahorcado. Luego, el verdugo procede a decapitarlo y descuartizar el cuerpo;
frita su cabeza en aceite, que fue puesta en una jaula en la Puerta de Caracas,
en La Guaira; cada parte será colocada en vigas y exhibida en la entrada de
Macuto, en Quinta Calzón, en Chacón,hoyo de la Cumbre, lugares donde él se
reunía con los conspiradores. Esto fue un hecho con el fin de escarmentar a la
población. Antes de morir dijo estas palabras:
No tardará el día en que mis cenizas sean honradas
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