5 de Mayo de 1988 Se cerró una página en la Historia Musical Venezolana

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CRN || Migdalia Fort
05/05/2017 || 11:45am

Luis María Frómeta Pereira, más conocido como Billo Frómeta Nacio en Santo Domingo, República Dominicana, el  15 de noviembre de 1915. Muere en Caracas el 5 de Mayo de 1988, al finalizar un ensayo en el Teatro Teresa Carreño con el tema Un Cubano en Caracas, los músicos de la orquesta, puestos de pie, le ovacionaron largamente. Al parecer, la emoción impactó en exceso en el ánimo de Frómeta quien se desplomó al instante, probablemente víctima de una hemorragia cerebral. Entró en estado de coma y, sin recuperar la consciencia falleció.

Fue un músico, compositor y director de orquesta venezolano de origen dominicano.
En 1938, aparece en el incipiente cine sonoro venezolano en la película sonora Taboga, en la cual la orquesta interpreta este tema, cantado por Ernesto Negrito Chapuseaux; alcanzando la primera aparición eventual en el cine venezolano. Igualmente, realiza sus primeras grabaciones a través de un contrato con la discográfica RCA Victor, con producciones en formato de 78 r.p.m. En esta etapa, entabla amistad con el músico mexicano Agustín Lara, quién, reside durante un tiempo en Caracas y traba gran amistad con Billo Frómeta. Como Agustín Lara estaba contratado por una editora musical que le impedía producir temas que no fuesen de corte romántico, éste debió recurrir al artilugio de firmar sus temas bailables para Billo's Happy Boys con diversos seudónimos, práctica que continuaría al regresar a suelo mexicano.

En 1939 Billo se vio afectado por el tifus de tal manera que se consideraba imposible salvarlo, por parte de sus médicos. No obstante, logró recuperarse y volvió a continuar su trabajo orquestal. En agosto de 1940, Billo reagrupa su orquesta y le cambia el nombre a Billo's Caracas Boys, nombre que aún mantiene y colocado en honor a la ciudad donde residiría hasta el final de sus días. Muchísimos músicos y cantantes pasaron por esta orquesta, destacando entre ellos el cubano Manolo Monterrey y los venezolanos Rafa Galindo, Miguel Briceño -cuñado de Galindo- y Víctor Pérez.
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En una presentación ocurrida en 1987 en Santa Cruz de Tenerife su orquesta fue reconocida por la editora del Libro Guinness de Récords, por haber presentado el concierto más grande al aire libre que se mantiene en la actualidad, a ese mismo concierto en la Plaza de España de Santa Cruz, acudieron 250.000 personas, bailando la misma canción, junto a la cantante Celia Cruz, la cual fue su única actuación con la orquesta.

Con la muerte de Billo Frómeta se cerró una página importante en la historia musical venezolana, por cuanto su orquesta animó el espíritu nacional y le enseñó a querer no solo a la música nativa, sino también otros ritmos como la cumbia, el bolero y el merengue originario de su tierra.

Algunos críticos consideran que Frómeta fue músico de nacimiento, intuitivo en el sentido de que aun descartando sus muchos años de aprendizaje teórico y la constante práctica y ensayo, llevaba el sentido melódico y rítmico, además era observador de la idiosincrasia popular, la que siempre supo captar en sus diversas composiciones dedicadas a Venezuela y, sobre todo, a la ciudad de Caracas, donde residió hasta el final de su vida.

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