Nacimiento de Leonardo Infante 1795

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CRN || Migdalia Fort
28/06/2017 || 11:44am

Leonardo Infante nace en Chaguaramal, Estado Monagas, fue un combatiente de la independencia de Latinoamérica, conocido vulgarmente con el nombre de «el Negro Infante». Nació en Venezuela, en la antigua provincia de Maturín, aproximadamente en 1795, era descendiente de una familia pobre acostumbrada al rigor de la servidumbre. No tuvo acceso a la educación, pues fue criado en la llanura, gozaba de una complexión sana y robusta, y estaba habituado a las inclemencias del tiempo.

Cuando ocurrió la revolución de 1810 contaba con 15 años de edad. A los 17 años se incorporó al ejército del general Santiago Mariño en 1812, e inició su carrera militar desde soldado raso.

Desde 1812 hasta 1824, Infante participó en los siguientes combates: Tucupido, Corozal, Lozana, Altagracia, Bocachico, Cuajaral, Arao, Carabobo, La Puerta, Aragua, Maturín, Magueyes, Urica, La Mesa, Chiribital, Bendición, Guaicara, Quebrada-Honda, Alacranes, Juncal, San Félix, Mata de Miel, Achaguas, Calabozo, Misión de abajo, Oriza, El Sombrero, Enea, Negritos, Ortiz, Cañafístolo, Beatriz, Rincón de los Toros, Queseras de el Medio, Mantecal, Llano de Carácas, Gámeza, Bonza, Pantano de Várgas, Boyacá, Magdalena, Mucuchíes, Quilcacé, Bomboná, Taindalá, Pasto, Ibarra y Catambuco.

El acusado estaba prisionero en capilla en las piezas altas del ala occidental del edificio del hospicio, entonces cuartel y futura escuela militar, y después de la confesión y últimos sacramentos, su mujer, embarazada, heredó el dinero adeudado a su cónyuge. El día sábado del 26 de marzo de 1826, en una caravana hacia la plaza, estaba el condenado, aunque degradado a soldado, con su uniforme militar con sombrero galoneado y plumaje, las charreteras y la banda encarnada, en la mano derecha cargaba el bastón, en la izquierda un crucifijo y estaba acompañado por su confesor y los frailes del convento de San Francisco.

En la plaza mayor, soldados de la guarnición formaron un cuadro bajo el sonido de las campanas de la catedral y los tambores de la banda marcial. En el banquillo, poco antes de morir fusilado, solicitó permiso para pronunciar las últimas palabras; concedido, declaró que: «Infante muere, pero no por la muerte de Perdomo». Según un testigo presencial: «En seguida se sentó en el banquillo, y con ademán resuelto, dio la señal de fuego a los soldados, dejando caer el pañuelo que llevaba en la diestra. Permaneció rígido, sin caer por algunos instantes, aunque varias balas lo habían atravesado. Al ver esto, avanzó inmediatamente el pelotón de relevo y le dio el golpe de gracia». Fue ejecutado el 26 de marzo de 1826, abonando esta acción al proceso de separación de las tres grandes repúblicas que componían la antigua Gran Colombia. Miguel Peña fue nombrado consejero de Páez y en esa calidad tuvo un papel clave en la separación de Venezuela y el proyecto de monarquía e imperio napoleónico que Antonio Leocadio Guzmán le propuso a Bolívar. 

Bolívar le escribió a Páez: “Usted sabe muy bien que Guzmán no ha ido a Lima sino a proponerme de parte de usted la destrucción de la República a imitación de Napoleón, como usted mismo lo dice en su carta, que tengo en mi poder, original. Con el coronel Ibarra y Urbaneja me ha mandado usted proponer una corona que yo he despreciado como merecía".

En el barrio popular de San Victorino en Santa Fe de Bogotá donde Infante había establecido su residencia los habitantes pintaban letreros que decían "¡San Victorino libre!".


El Juez Dr. Miguel Peña por esta actuación fue suspendido de su cargó por un año, por el Senado. Abandonó Santa Fe de Bogotá, sin antes de amenazar venganza contra los Neogranadinos, la cual cumplió aliándose con el General Páez y terminando con la Unión de la Gran Colombia.

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