El Barcelonazo

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CRN || Migdalia Fort
26/06/2017 || 12:24m

Un 26 de junio de 1961, miembros de la Cámara Agrícola de Venezuela decidieron alzar su voz contra las persecuciones, los allanamientos y las detenciones del entonces gobierno del presidente Rómulo Betancourt, hacia el sector, por lo que pusieron en marcha la rebelión cívico-militar conocida como El Barcelonazo.

Ese día, integrantes de la Cámara Agrícola venezolana se unieron a un grupo de militares para dar inicio al alzamiento en el Cuartel Pedro María Freites en la ciudad de Barcelona, estado Anzoátegui.

El objetivo era claro: Extender la subversión a otros estados del país y derrocar a Betancourt, quien al asumir la presidencia de la República en 1959 orientó su política contra las luchas populares, que habían derrocado al dictador Marcos Pérez Jiménez (1953-1958).

Fue en la madrugada de aquel 26 de junio de 1961, cuando el grupo de militares, orientado por el mayor Luís Alberto Vivas Ramírez, y los capitanes Rubén Massó Perdomo y Tesalio Murillo, tomó en armas las instalaciones del Cuartel Pedro María Freites y del Batallón de Fusileros Mariño.

Sin embargo, el levantamiento militar no contó con el respaldo de otros componentes castrenses y rápidamente fue frenado por los militares adeptos a Betancourt, cuyo gobierno persiguió y torturó a los oficiales que se alzaron en su contra.
Mientras esto ocurría en Barcelona, los militares contrarios al gobierno de Betancourt iniciaron acciones en La Guaira. Algunos funcionarios de la Guardia Nacional intentaron apoderarse del Comando 99, pero fueron derrotados por las fuerzas fieles al gobierno. Igual suerte tuvo el oficial Hugo Barillas en Ciudad Bolívar, quien fue detenido por los militares de esa localidad al comentar los planes subversivos.

Se estima que este movimiento dejó alrededor de 16 muertos y 9 heridos entre militares alzados y del Gobierno. Los sobrevivientes fueron sometidos a vejámenes y torturas, todos los participantes fueron juzgados por Tribunales Militares, incluyendo a los civiles.

Una vez derrotada la insurrección de Barcelona, los cuerpos de seguridad del Estado, en especial el Servicio de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (SIFA), iniciaron una serie de labores en Barcelona, Monagas, Maturín, La Guaira y Ciudad Bolívar, con el fin de “comandar grupos para lanzar bombas, volantes y a conducir autos con altoparlantes para alarmar y confundir a la población…”

Esta rebelión se sumó a los alzamientos de 1962 como El Carupanazo y El Guairazo, y otros tantos movimientos insurgentes que se registraron en las décadas de 1960 y 1970, para construir un país soberano e independiente en contraposición de la Venezuela entregada al imperialismo norteamericano.

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