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14/09/2017 || 1:58pm
Vicente Lecuna Salboch nace el 14 de septiembre de 1870 Ingeniero,
banquero, educador, político, parlamentario e historiador Venezolano.
Restaurador, organizador y conservador del Archivo de Simón Bolívar,
reconstructor de su Casa Natal y editor de la documentación del Libertador.
A partir de 1884, Lecuna Salboch inicia estudios en la
Universidad Central de Venezuela donde obtiene el título de Ingeniero Civil en
1889. Comenzó su ejercicio profesional en la construcción del Ferrocarril
Central, entre Caracas y los Valles del Tuy, y en el Gran Ferrocarril Alemán,
de Caracas a Puerto Cabello. Participó también en la construcción del mercado
principal de San Jacinto en Caracas, en 1895. Participó en el movimiento armado
conocido como Revolución de Queipa (1898), liderado por el general José Manuel
“Mocho” Hernández, que terminó en fracaso y donde resultó muerto Joaquín
Crespo. Lecuna acepta la dirección de la Escuela de Artes y Oficios entre 1911
y 1920. En 1915 se le confía la organización del Archivo del Libertador que,
para la conmemoración del centenario de su muerte, en 1930, publica en diez
volúmenes.
Exacto como Ingeniero; exacto como banquero; exacto como
ciudadano, ejemplar Padre, superior como venezolano, ninguna obra puede
perpetuar en el futuro, de manera más firme y honda, la raíz venezolanista de
Lecuna, que la continuación de su tarea de defensa y enriquecimiento de la
verdad bolivariana.
También siendo Presidente de la Cámara de Comercio de
Caracas. Vicente Lecuna recibe el Banco de Venezuela en una situación muy conflictiva,
como lo deja ver el informe del instituto para el año 1914, donde se declaraba
que prácticamente estaba perdida la mitad del Capital, hasta que se hace cargo
del mismo en 1915 nombrado por los accionistas y lo convierte en el instituto
Bancario más Poderoso del País. Se mantuvo en el cargo 39 años y posicionó al
Banco de Venezuela como el número uno en eficiencia, rentabilidad y depósitos.
En 1916 asistió como delegado de Venezuela a la
Conferencia Panamericana celebrada en Washington. Ese mismo año recibió del
gobierno la misión de dirigir la restauración de la Casa Natal del Libertador,
obra que quedó concluida en 1919. Durante esa época, preparó la edición del
Atlas de Venezuela y publicó la primera de sus compilaciones documentales
bolivarianas, Papeles de Bolívar (1917).
El 17 de junio de 1918 se incorporó como Individuo de
Número de la Academia Nacional de la Historia con un estudio sobre una de las
campañas de Bolívar, Marcha de 1817 y Combate de Clarines.
Durante el período 1918-1921 fue senador por el estado
Lara y como tal propuso en 1920 un proyecto de Ley sobre minas e hidrocarburos
que aumentaba la participación de la Hacienda Pública en la industria petrolera
y reservaba a la Nación la explotación en el delta del Orinoco y en las bocas
de los ríos navegables.
De 1919 a 1928 presidió la Cámara de Comercio de Caracas;
en el Boletín de ésta publicó numerosos escritos de carácter económico-social;
y en el de la Academia Nacional de la Historia temas históricos.
Fue miembro, en 1921, de la Junta directiva del Colegio
Chaves de Caracas. Ese mismo año falleció su esposa, no volvió a contraer
nupcias, poco antes de ser inaugurada, el 5 de julio, la Casa Natal del
Libertador restaurada por Lecuna, quien fue nombrado Conservador ad honórem de
la misma, cargo que ejerció hasta el fin de sus días. Además de conservar en
ella el Archivo del Libertador colocó allí también, años más tarde, los
archivos de Antonio José de Sucre y de José Rafael Revenga.
Su experiencia como ingeniero de ferrocarriles en su
juventud le llevó a proponer, aunque sin éxito, la extensión y creación de
estas vías de comunicación en todo el país, especialmente en los llanos; en
1923 publicó, junto con su colega Germán Jiménez, un estudio económico sobre
Ferrocarriles de Venezuela.
En 1924, centenario de la batalla de Ayacucho, Lecuna
publicó su obra en 2 tomos Documentos referentes a la creación de Bolivia; con
un resumen de las guerras de Bolívar, que junto con los estudios históricos y
el Atlas de Venezuela anteriores, hicieron que la Universidad Nacional Mayor de
San Marcos de Lima le confiriese el doctorado Honoris Causa ese mismo año. En
1929-1930, con motivo de cumplirse 100 años de la muerte de Bolívar, editó en
10 tomos la colección de Cartas del Libertador.
En 1922 toma parte en la reactivación del Colegio de
Ingenieros de Venezuela que luego preside durante el bienio 1930- 1931. En 1931
es nombrado presidente de la Academia Nacional de la Historia, cargo que
mantiene hasta 1933.
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En 1933 fue designado Individuo de Número de la Academia
de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales. Además de sus trabajos
históricos, que ocupan numerosos volúmenes, también publicó en el Boletín de la
Cámara de Comercio de Caracas artículos sobre monopolios y temas diversos sobre
industria y comercio. En la Revista del Colegio de Ingenieros de Venezuela
escribió sobre la necesidad de las vías de comunicación y en especial, sobre
aspectos económicos de los ferrocarriles.
Desde fines de la década de 1930 inició una campaña para
salvar la vegetación de Caracas, en especial la ceiba de San Francisco y la
arboleda del parque El Calvario, así como para establecer parques infantiles y
sanear el barrio de El Silencio. En 1939 publicó Proclamas y discursos del
Libertador. El primer Congreso Grancolombiano de Sociedades Bolivarianas
reunido en Quito en 1947 le había dado el título de Primer Historiador
Bolivariano de América.
Hasta 1953 tuvo principalmente a su cargo la edición del
Boletín de la Academia. Sostuvo numerosas polémicas de carácter histórico, en
especial la relativa a las cartas apócrifas de Bolívar y del prócer argentino
José de San Martín publicadas por compatriotas de este último, la cual duró de
1943 a 1952, cuando Lecuna le dio término con su obra La Entrevista de
Guayaquil; restablecimiento de la verdad histórica.
En 1947 aparecieron los 2 volúmenes de Simón Bolívar,
Obras Completas y en 1950 los 3 de la Crónica razonada de las guerras de
Bolívar, fruto de 3 décadas de investigaciones. Cuando murió, tenía concluidos
varios libros, que fueron publicados póstumamente por la Fundación Vicente
Lecuna.
El Consejo Municipal de Caracas lo declaró ciudadano
eminente en 1950 y ese mismo año el Presidente de Bolivia lo condecoró con la
Orden del Cóndor de Los Andes.
En Venezuela le fueron conferidas las más altas
condecoraciones y fue objeto de calificados homenajes. En 1942 su nombre fue
inscrito en la Galería de Colegiados Ilustres del Colegio de Ingenieros de
Venezuela. Lecuna dejó listas para su publicación, La Revolución de Queipa,
Bolívar y el Arte Militar y Catálogo de Errores y Calumnias en la Historia de
Bolívar.
De Vicente Lecuna se puede afirmar que alcanzó la cima de
hombre-hombre, según el apotegma de Zaratustra. Los Griegos, cuando descubrían
una personalidad de recio encumbramiento, escribían ( he aquí un hombre que
puede ser Dios para el Hombre).
Publicaciones: Crónica razonada de las Guerras de
Bolívar, Documentos sobre la creación de Bolivia , Cartas del Libertador ,
Proclamas y discursos del Libertador, Relaciones Diplomáticas de Bolívar con
Chile y Argentina, Entrevista de Guayaquil, Bolívar y el arte militar, Campaña
de Carabobo.
Coord de Prensa Delimar Timaure
Web Master Migdalia Fort
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