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Web Master Migdalia Fort
28/08/2017 || 12:27m
King comienza hablando de la Proclamación de Emancipación
que había sido firmada hacía cien años (1863), y de cómo todavía existía la
segregación a pesar de lo que ese y otros documentos históricos de su país
prometían.
Hace hincapié en que ese era el momento para hacer el
cambio, y si bien aclara que la violencia no es el camino, su mensaje es
poderoso y persuasivo. Pide justicia y cambio, y afirma que es el comienzo de
la lucha, aunque descarta la violencia como medio (dedica dos estrofas a
prevenir esto).
Describe el padecimiento de la raza negra en ese momento
con ejemplo contundentes (no poder parar en moteles, no poder votar, entre otros.), y
les pide que sigan luchando por sus ideales. El momento más emotivo es cuando
describe -con el famoso "Yo tengo un sueño"- el país que imagina para
sus hijos con su mujer: uno en el que los chicos blancos y negros convivan sin
ningún tipo de prejuicio. Despide a los asistentes diciéndoles que vuelvan tranquilos
a sus lugares, que de algún modo el cambio iba a llegar. Y termina ampliando la
visión de una sociedad unida al hablar no sólo de razas que dejen de lado sus
diferencias, sino también de religiones.
Yo tengo un sueño (I Have a Dream) es el nombre del
discurso más famoso de Martin Luther King Jr., cuando habló poderosa y
elocuentemente de su deseo de un futuro en el cual la gente de tez negra y
blanca pudiesen coexistir armoniosamente y como iguales.
Este discurso, pronunciado el 28 de agosto de 1963 desde
las escalinatas del Monumento a Lincoln durante la Marcha en Washington por el
trabajo y la libertad, fue un momento definitorio en el Movimiento por los
Derechos Civiles en Estados Unidos. Está considerado frecuentemente como uno de
los mejores discursos de la historia, y quedó en el primer puesto entre los
discursos del siglo XX según los estudiosos de la retórica.
Ampliamente aclamado como una pieza maestra de la
retórica, el discurso de King se asemeja al estilo del sermón de un ministro
bautista negro. Apela a fuentes icónicas y ampliamente respetadas como la
Biblia, e invoca la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, la
Proclamación de Emancipación, y la Constitución de los Estados Unidos.
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Las alusiones bíblicas también son comunes. Por ejemplo,
King alude al Salmo 30:5 en la segunda estrofa de su discurso. Dice en
referencia a la abolición de la esclavitud articulada por la Proclamación de
Emancipación, "llegó como un precioso amanecer para terminar una larga
noche de cautiverio." Otra alusión bíblica es encontrada en la décima
estrofa: "No, no; no estamos satisfechos y no quedaremos satisfechos hasta
que "la justicia ruede como el agua y la rectitud como una poderosa
corriente." Esta es una alusión a Amós 5:24. King también cita de Isaías
40:4 -"Sueño que algún día los valles serán cumbres..."
La formación religiosa del orador se percibe claramente
ya que utiliza tres veces la expresión "hijos de Dios", habla de que
"la gloria de Dios será revelada, y se unirá todo el género humano",
da ánimo a su gente diciéndoles un mensaje cristiano "Continúen trabajando
con la convicción de que el sufrimiento que no es merecido, es
emancipador" y cerrando el discurso con ""¡Libres al fin!
¡Libres al fin! Gracias a Dios omnipotente, ¡somos libres al fin!".
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